Su cara de palurdo no es por casualidad. Le encanta ir en peto como a los cantajuegos. Si se quita las gafas ve menos que un gato de escayola.
Su cara de palurdo no es por casualidad. Le encanta ir en peto como a los cantajuegos. Si se quita las gafas ve menos que un gato de escayola.
Debes acceder para publicar una valoración.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.